¿Cuántas veces nos vemos compartiendo frases positivas en cualquiera de las redes sociales?.
Hoy en día tenemos muchos filósofos -sobre todo de internet- de corta, copia y pega. Supongo que todos tenemos el deseo de ser una influencia positiva en los demás, y son millones los que ponen geniales frases. Todo el mundo tiene consejos para los demás, pero a veces parece que no para uno mismo.
Hay quien dice que si pusiéramos en marcha tan sólo una de todas las frases que leemos, seguro nuestra vida mejoraría. Es tan sólo la prueba de que lo que importa no es lo que sabemos o decimos, sino lo que hacemos con lo que sabemos.
Muchas personas viven engañándose a sí mismas, a veces sin ser conscientes de ello, así que si eres una de las personas que después de leer esto se siente identificada, por favor, date mucho cariño y comprensión. El simple hecho de darte cuenta es el principio del camino hacia la honestidad.
Engañarse a uno mismo es negar emociones o sentimientos; engañarse es hacer ver que todo está bien cuando realmente no lo está. El autoengaño es uno de los mecanismos de defensa más utilizados y de los que menos conscientes somos.
Un ejemplo de ello podría ser el querer quedar bien con todo el mundo. Creemos que es necesario tener contento a todo nuestro entorno, por no saber decir “NO” cuando simplemente nos agotamos y, en realidad, nunca podemos contentar a todos porque siempre fallamos a alguien…
Otra forma de autoengaño es la incoherencia en la forma de vivir nuestra vida. Debemos observar si nos contradecimos, si el conflicto interno que tenemos es por vivir la vida de forma acelerada, por hacer demasiadas cosas a la vez, por los demás, por agotarnos en el intercambio emocional con nuestros seres queridos, o si trabajamos como si no hubiese un mañana.
A veces nos engañamos o nos convencemos de que el peso del mundo recae sobre nuestros hombros, y nos fustigamos en nombre de la “responsabilidad” pensando que así somos más responsables, mejores, más dignos o merecedores.
Descubre en estos días si te engañas o no, si te exiges demasiado, si ya has aprendido a ser honesto contigo, si te das tiempo para ti, si te respetas y te haces respetar, si haces ‘trampas’ con tus emociones, o si por el contrario das lo mejor de ti al mundo.
La honestidad con uno mismo es el principio de todo cambio.
Hadamus, creo que no me autoengaño, pero solo lo creo.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario