En un lugar del ciber-espacio, de cuyo nombre no quiero acordarme, se encontraba Kekolandia.
Era una villa perfecta, poblada de hermosas damas y gallardos caballeros. Su gentilicio era el de keka para el sexo femenino y keko para el masculino. La belleza exterior de los mismos, era grandilocuente. No existía mal nacido que por el acto de nacer, no estuviera de buen ver.
Como en épocas de antaño, el arte de danzar (modernamente llamado bailar) era la base del cortejo. Se danzaba en las plazas, las calles, en los aposentos especializados para ello (modernamente llamados clubs), e incluso en las haciendas particulares.
Como derecho de alumbramiento, los moradores de kekolandia (las Kekas y los Kekos), no solo nacían con una descomunal belleza, sino poseyendo también al unísono un don divino para danzar, rozando la perfección, acto incansable al realizar y genérico en la población.
Era un pueblo con saludo particular y otras reglas del amar. Tan conscientes eran de su situación, que al encontrarse las kekas saludaban con el mote “ guapo!!” y los kekos con “ guapa!!”.
En los artes del copular, otras normas curiosas eran de aplicar. Todas y todos, ellas y ellos, fornicaban exactamente con el mismo talante (modernamente llamado posturas).
Era un gozo contemplar, las kekas y kekos danzar, a lo idéntico que fornicar. Belleza en movimiento, detrás de cada avatar.
Nacían y morían con la misma edad, pues en los veinte y poco, estaba la equidad.
Disponían un lenguaje propio, fruto del mejunje enrte una lengua proveniente del latín y un lenguaje de signos. Palabras como “=O”, “zaby”, “ray”, “jajaja”, en ninguna otra civilización, se han visto usar.
Nadie era hipócrita, pues todo el mundo decía la verdad, y no había keko feo al que poder amar.
La gente era buena, buena de verdad, pues en cualquier esquina sellaba su amistad (add).
Hay kekolandia de mis amores, país de divas, machotes y otros pobladores.
Hay kekolandia de mis amores, si no existieras que dura sería la verdad, pues a muchas y muchos, solo les quedaría la realidad…
Hadamus (un keko, poco keko).
No hay comentarios:
Publicar un comentario